Time goes by

Me hago mayor. Sí, amigos… Tengo 23 años, y sé que os sonaré exagerada, pero desde hace unos meses me he hecho mayor. En serio, que esto es como cuando pasas de primaria a la ESO, o de bachillerato a la universidad. Que de repente hay un día en el que dices «esto ya no es lo que era».

¿A qué me refiero? Veamos: ¿crees que una mísera becaria puede cogerse vacaciones para irse de viaje cuando quiera, por ejemplo? No. No importa, porque tampoco tendrá dinero, así que qué más da. Sí, en efecto, estoy en ese punto cabrón en el que has dejado atrás los exámenes, las cañas a cualquier hora del día, trasnochar entre semana y básicamente ser feliz, a estar en el escalón más bajo de las castas, a ser parte de los parias de esta sociedad: los becarios.

El problema de ser becario una vez has acabado tus estudios es que eres un quiero y no puedo de los trabajadores -cobras mucho, mucho, mucho menos, no cotizas, y no tienes vacaciones-, pero la parte buena, la de trabajar menos horas, ni siquiera es divertido. Cuando era universitaria tenía las tardes libres, y no recuerdo haber desaprovechado ninguna… Porque en aquella época, estar tirada viendo series o leyendo no era desaprovechar; primero, porque es lo que toca, y segundo, porque en realidad siempre tendrías que estar haciendo algo, otra cosa es que no lo hicieras, pero que la responsabilidad estaba ahí, oye. En cambio, cuando eres becaria y no tienes trabajo para hacer en casa, te quedas por las tardes tirada, y vas al gimnasio, te aficionas a los concursos, y meriendas y te pones gorda. Y claro, ves un pequeño avance de lo que será tu jubilación.

Esta crisis viene porque, después de un año trabajando y estudiando a la vez, sin horas en el día para nada y muchos ataques de pánico (soy más bien vaga, y qué queréis que os diga, lo del máster me sobrepasó que no veas), ahora me encuentro con que soy la becaria de una editorial y que necesito ocupar mi tiempo libre por las tardes. Voy a seguir dándole duro al gimnasio y creo que retomaré el inglés, así que espero tener un año relativamente ocupado.

Pero no importa, porque el resto del tiempo libre puedo llenarlo cuidándome. Sí, porque aunque soy una persona más bien dejada en cuanto a cuidados estéticos (no sabéis las broncas que me como en la peluquería cuando me dejo caer), no puedo evitar darme cuenta de que necesito poner un poco de interés en cuidarme. No digo que me haga mayor y me eche cremas antiarrugas o algo así, no estoy grillada… Veréis, lo que ocurre es que las fases de las que he hablado antes van acompañadas de unos cambios en la rutina del cuidado personal. Y me siento vieja, joder. Porque de repente me he dado cuenta de lo que ha cambiado todo desde que iba al cole, desde que tardaba 10 minutos en arreglarme.

Obviamente, cuando pasé de primaria a la ESO no tenía que hacer nada. Era fea y no había nada que arreglara aquello. Nada, uniforme y al colegio. Fuera. Y a esperar poder pasar desapercibida.

De bachillerato a la universidad ves un rayo de esperanza: nadie te conoce, es el momento de tomárselo más en serio y empezar de cero. Comencé a pintarme un poco, sólo polvos para evitar ese color verdoso que se adueña de mí en invierno, pero me di cuenta de que la facultad de Periodismo no es el momento para experimentar con maquillajes. Tanto mejor.

¿Y ahora? ¿Qué ha podido cambiar en cinco años? TODO. No sólo que debo pintarme cada mañana: TODO. Primero, que ese maldito año de estrés ha hecho que me tenga que teñir, sí, porque ahora tengo canas. Y como las mujeres no tenemos suficiente con despelucharnos todo lo que la sociedad nos exige o se nos vea con la ropa de trabajo, tengo que teñirme. Tengo que cogerme los guantes de plástico y echarme un potingue en el pelo, mientras miro a ver qué champú que proteja el color debería comprarme. PORQUE ME HE HECHO VIEJA.

Sé que es una tontería, que muchas mujeres comienzan muy pronto a tener canas, pero estoy completamente traumatizada. Y mi amiga Vero tiene razón, soy una exhibicionista y esto tengo que contarlo, porque supone un duro golpe para mí.  Y es que no es sólo esto: es que una maquilladora me dijo que tenía que echarme antiojeras y ahora me pongo todas las mañanas, en verano tengo que tomar el sol sin guiñar los ojos porque si me descuido se me quedan blancas las marcas de las patas de gallo, tengo que ir al gimnasio porque mi flacidez asusta, y hasta me siento mal por no desmaquillarme jamás (cuando toda la vida me he despertado tan ricamente como un oso panda).

¿Qué será lo siguiente? ¿Beber dos litros de agua diarios y dormir ocho horas? Mira que todas las top models dicen que ese es su único secreto de belleza. Si consigo sobrevivir a las arrugas, a lo mejor os doy una sorpresa en el próximo desfile de Victoria’s Secret. Fíjate tú.

15 Respuestas a “Time goes by

  1. Blanca, esto ha sido demasiado: «Y claro, ves un pequeño avance de lo que será tu jubilación» (ja,ja) Eso sí, me he reído y me he sentido identificada en mucho de los procesos estéticos que has ido viviendo. Buena manera de entretener mi desayuno. 🙂

  2. Tú sabes bien de lo que hablo, querida Isa jajaja… Tantas horas juntas sufriendo y míranos. Ay, ay, ay… Algún día escribiré un post de lo asquerosamente ricas que somos y lo ben que hacemos nuestro trabajo que tanto amamos.

  3. Mi niña!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  4. tu conciencia y yo vamos a seguir queriendote…

  5. Snif… papi, compi… Quiero volver al cole.

  6. `El escalón más bajo de las castas, a ser parte de los parias de esta sociedad: los becarios´, por ahí deberías de haber seguido. Besote.

  7. Blanca me hiciste el día !!! 100% identificada!! Jaja y las demás «plagas» q te llegan a los 28 son peores ni te las llegas a imaginar aun.. :S
    Ya q estoy por aqui te cuento q estoy leyendo un libro con el que me acuerdo mucho de ti por que se me hace muy parecido a tu blog , la escritora tiene tu estilo !!

  8. Wally, ya tengo otro escrito sobre eso, te aviso cuando lo publique jajaja…

    Ay Erika, dime cuál es el libro y si tengo alguna posibilidad de enrollarme yo en uno.

  9. Se llama «Los Caballeros las prefieren Brutas» de Isabella Santodomingo, con decirte que Sony ha hecho ya una serie de su libro… por ahí esta el futuro!! Cuando saques tu libro seguro serè la primera en comprarlo en este lado del charco.

  10. Blanca eres un crack ya lo sabes, sigo identificandome en todos tus post (no sé si esto es bueno jajajaja) y sobretodo mi tiri su il morale, quando ho bisogno di scollegare il cervello e di non pensare tristi vendo a dare un’occhiata al tuo blog, come ho fatto ora…..grazie amica un beso!!!!

  11. Valen… ❤ Che bello questo che mi dici… Mi blog no tiene ni un poquito de ayuda para nada, pero me gusta ver que somos todas igual de neuróticas. NO ESTAMOS SOLAS.

    Erika, te envío uno de los primeros ejemplares en cuanto salgan. Me lo voy a tomar en serio 🙂

    Besos a las dos!!

  12. Me encanta tu estilo, cómo analizas esas preocupaciones con humor y muy buen entendimiento. Creo que es un sentimiento universal lo de que llegue un momento que te sientes viejo aunque no tengas arrugas en la frente (como cantaban los Celtas Cortos). A mis 29 años, a veces me veo en fotos de adolescente y de la universidad y me busco los cambios, por ahora tengo suerte y sólo he cambiado lo justito (otros no han tenido tanta suerte, ya tengo excompañeros calvos), jeje.

    Y lo que comentas de las prácticas puede tener mucha miga. A mí me pasó que las hice en una tele local y en un periódico regional y en los dos sitios me trataron como si fuera tonto o algo así, mandándome cosas de parvulario y vigilándome por si la liaba parda. Y luego yo era casi el más preparado de las secciones que me tocaron, que había gente que estando en Cultura escribía «haber» en lugar de «a ver» y por no saber no sabían ni cómo escribir Velázquez o la mayoría de actores y actrices de cine les sonaban a chino. Daría para mucho todo ese anécdotario, no me quiero enrollar

  13. Y por cierto, por experiencias propias y ajenas se nota que para dedicarse al periodismo debemos tener una fuerte vocación, porque para hacerte rico no te da, jajaja. Yo también echo de menos los años universitarios, cuando la única preocupación eran los exámenes de febrero y junio.

    Buena suerte en esas prácticas.

  14. Oirte/leerte es como oirme a mi misma, en mi caso con razón, sobre la edad y los cuidados. O es solo q nos parecemos….

  15. Ya me enseñarás tus truquitos para estar estupenda, mami.

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